Háblame bajito al oído.
El amor en un susurro.
Acércate.
Quiero sentir el roce de tus labios.
El aire de tu boca es un caricia.
Háblame bajito al oído.
Dímelo mil veces.
Déjame sentir otra vez ese escalofrío.
Ese escalofrío que sube por mi pecho.
Imparable. Como la espuma de las olas.
Tus brazos son mi descanso.
No me sueltes.
Quiero fundirme en el calor que me das.
Derretirme en el mar de tu piel.
Con su horizonte.
Y su sol. Mi sol.
Mi amanecer.
Mi mundo.
Soy féliz.
Soy féliz acariciándo la mañana en el frescor de tu boca.
La primera bocanada del amanecer.
El despertar de los árboles con el sonido de los pájaros.
Entonces abres tus brazos y me rodean.
Y yo desayuno tu piel.
Y te como a besos amor.
¿ oyes cómo grita mi corazón?
¡Baila de alegría!
Yo conozco ese lugar donde todos se la creen
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Entonces amigo Tarsicio, conoces el amor incondicional.
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Filosófica y contundente lo tuyo. Cuando pienso en lo incondicional solo pienso en mi madre y en un perro que tuve en otra vida, Gracias.
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